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Es esencial tener en cuenta las necesidades nutricionales a lo largo del día para distribuir la ingesta nutricional en relación a estos requerimientos. Además de esto, 39 elementos vitales no son producidos por el cuerpo y por lo tanto necesitan ser obtenidos a través de la dieta (OECD, 2003b).
Recientes hallazgos han confirmado los beneficios del poco grato y antiguo suplemento para niños – la cuchara de aceite de hígado de bacalao. Esta simple porción, así como otros aceites de pescado son particularmente ricos en ácidos grasos altamente no saturados (HUFA), en la actualidad son comúnmente conocido como ácidos grasos Omega 3. Ellos son particularmente importantes tanto para el balance hormonal como para el sistema inmune, los cuales son cruciales para la salud del cerebro. En muchas dietas modernas, estos ácidos grasos esenciales se han vuelto relativamente escasos, ellos todavía son esenciales para el normal desarrollo y función del cerebro.
Mientras es necesario no dejarse arrastrase por la tendencia entusiasta hacia el consumo de ácido grasos omega 3, antes que estudios más amplios sobre el cerebro provean más evidencia para tales afirmaciones, una prueba controlada y randomizada de una dieta suplementaria con ácidos grasos omega 3 y 6 versus placebo fue realizado en 117 niños entre los 5 y 12 años, este grupo tenía el diagnóstico de dispraxia del desarrollo, también conocida como Desorden de la Coordinación del Desarrollo. Los resultados mostraron que aunque no hubo efectos aparentes sobre las habilidades motoras, se encontró significativas mejoras en la lectura, ortografía y comportamiento en grupos paralelos luego de 3 meses de tratamiento. La conclusión a la que se llegó fue que la dieta suplementaria con ácidos grasos pueden ofrecer una opción segura y eficiente para el tratamiento de problemas educacionales y del comportamiento de niños con el diagnóstico Desorden de la Coordinación del Desarrollo (Richardson y Montgomery, 2005).
Otro estudio que fue realizado en las prisiones del Reino Unido probó que la ingesta adecuada de vitaminas minerales y ácidos grasos causan una disminución del comportamiento antisocial incluyendo la violencia. Esto es aún más cierto en el caso particularmente relevante de aquellas dietas pobres en nutrientes (Gesch y colaboradores, 2002).
Aunque la evidencia científica muestra que una dieta rica en ácidos grasos esenciales y comer un buen desayuno contribuye a una buena salud y mejora el aprendizaje, es claro, que los mensajes que estas investigaciones tienen, hasta la fecha no se ha entendido, y no se han tomado las decisiones políticas que aseguren su aplicación práctica. Esto hace necesario la ampliación de los estudios y aplicar dichos hallazgos en el dominio público.
Promover un comportamiento saludable entre los estudiantes debería ser una misión de los colegios; proveer a los jóvenes el conocimiento y las habilidades necesarios para convertirse en adultos saludables y productivos. Esto podría mejorar la capacidad para aprender, reducir el ausentismo, mejorar la forma física y el estado de alerta mental. Los administradores de los colegios, miembros de las juntas educativas, profesores, trabajadores sociales y padres, deberían ser animados a buscar información y recursos sobre la importancia de la nutrición en la salud de los niños y su rendimiento académico.
Understanding the Brain: The Birth of a Learning Science", 2007, page 61
La Importancia del Ácido Graso Omega 3 en la Dieta
Es esencial tener en cuenta las necesidades nutricionales a lo largo del día para distribuir la ingesta nutricional en relación a estos requerimientos. Además de esto, 39 elementos vitales no son producidos por el cuerpo y por lo tanto necesitan ser obtenidos a través de la dieta (OECD, 2003b).
Recientes hallazgos han confirmado los beneficios del poco grato y antiguo suplemento para niños – la cuchara de aceite de hígado de bacalao. Esta simple porción, así como otros aceites de pescado son particularmente ricos en ácidos grasos altamente no saturados (HUFA), en la actualidad son comúnmente conocido como ácidos grasos Omega 3. Ellos son particularmente importantes tanto para el balance hormonal como para el sistema inmune, los cuales son cruciales para la salud del cerebro. En muchas dietas modernas, estos ácidos grasos esenciales se han vuelto relativamente escasos, ellos todavía son esenciales para el normal desarrollo y función del cerebro.
Mientras es necesario no dejarse arrastrase por la tendencia entusiasta hacia el consumo de ácido grasos omega 3, antes que estudios más amplios sobre el cerebro provean más evidencia para tales afirmaciones, una prueba controlada y randomizada de una dieta suplementaria con ácidos grasos omega 3 y 6 versus placebo fue realizado en 117 niños entre los 5 y 12 años, este grupo tenía el diagnóstico de dispraxia del desarrollo, también conocida como Desorden de la Coordinación del Desarrollo. Los resultados mostraron que aunque no hubo efectos aparentes sobre las habilidades motoras, se encontró significativas mejoras en la lectura, ortografía y comportamiento en grupos paralelos luego de 3 meses de tratamiento. La conclusión a la que se llegó fue que la dieta suplementaria con ácidos grasos pueden ofrecer una opción segura y eficiente para el tratamiento de problemas educacionales y del comportamiento de niños con el diagnóstico Desorden de la Coordinación del Desarrollo (Richardson y Montgomery, 2005).
Otro estudio que fue realizado en las prisiones del Reino Unido probó que la ingesta adecuada de vitaminas minerales y ácidos grasos causan una disminución del comportamiento antisocial incluyendo la violencia. Esto es aún más cierto en el caso particularmente relevante de aquellas dietas pobres en nutrientes (Gesch y colaboradores, 2002).
Aunque la evidencia científica muestra que una dieta rica en ácidos grasos esenciales y comer un buen desayuno contribuye a una buena salud y mejora el aprendizaje, es claro, que los mensajes que estas investigaciones tienen, hasta la fecha no se ha entendido, y no se han tomado las decisiones políticas que aseguren su aplicación práctica. Esto hace necesario la ampliación de los estudios y aplicar dichos hallazgos en el dominio público.
Promover un comportamiento saludable entre los estudiantes debería ser una misión de los colegios; proveer a los jóvenes el conocimiento y las habilidades necesarios para convertirse en adultos saludables y productivos. Esto podría mejorar la capacidad para aprender, reducir el ausentismo, mejorar la forma física y el estado de alerta mental. Los administradores de los colegios, miembros de las juntas educativas, profesores, trabajadores sociales y padres, deberían ser animados a buscar información y recursos sobre la importancia de la nutrición en la salud de los niños y su rendimiento académico.
Understanding the Brain: The Birth of a Learning Science", 2007, page 61