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Antes que la tecnología de diagnóstico por imágenes este disponible, existía una amplia creencia entre los científicos, incluyendo los psicólogos, que el cerebro ya había terminado su desarrollo a la edad de 12 años. Una de las razones de esta creencia es el hecho que el tamaño del cerebro crece muy poco durante los años de la niñez. A la edad de los 6 años el cerebro ya alcanzado el 90-95% del tamaño adulto. A pesar del tamaño, el cerebro del adolescente puede ser entendido mejor como en “Proceso de Construcción”.
Las imágenes cerebrales han revelado que tanto el aumento del volumen cerebral como la mielinización continúan a través de la adolescencia y la adultez temprana (por ejemplo entre 20 y 30 años).
Los estudios de imágenes cerebrales en adolescentes realizados por Jay Geidd del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos de Norteamérica han mostrado que el cerebro del adolescente demora en madurar, tanto la materia gris como la blanca están sujetas a grandes cambios estructurales inclusive años después de la pubertad (Giedd y colaboradores, 1999; Giedd, 2004).
Los estudios de Giedd’s han revelado que existe una segunda ola de proliferación neuronal y reducción de los circuitos neuronales que ocurren después de la niñez; y que la parte final crítica de esta segunda ola afecta algunas de las más altas funciones mentales, esto sucede generalmente al final de la adolescencia. Esta mielinización y debilitamiento neural altera el número de las sinapsis entre neuronas (Wallis y colaboradores, 2004; Giedd y colaboradores, 1999; Giedd, 2004).
"Understanding the Brain: The Birth of a Learning Science", 2007, page 45
Cerebro Adolescente en Proceso de Construcción
Antes que la tecnología de diagnóstico por imágenes este disponible, existía una amplia creencia entre los científicos, incluyendo los psicólogos, que el cerebro ya había terminado su desarrollo a la edad de 12 años. Una de las razones de esta creencia es el hecho que el tamaño del cerebro crece muy poco durante los años de la niñez. A la edad de los 6 años el cerebro ya alcanzado el 90-95% del tamaño adulto. A pesar del tamaño, el cerebro del adolescente puede ser entendido mejor como en “Proceso de Construcción”.
Las imágenes cerebrales han revelado que tanto el aumento del volumen cerebral como la mielinización continúan a través de la adolescencia y la adultez temprana (por ejemplo entre 20 y 30 años).
Los estudios de imágenes cerebrales en adolescentes realizados por Jay Geidd del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos de Norteamérica han mostrado que el cerebro del adolescente demora en madurar, tanto la materia gris como la blanca están sujetas a grandes cambios estructurales inclusive años después de la pubertad (Giedd y colaboradores, 1999; Giedd, 2004).
Los estudios de Giedd’s han revelado que existe una segunda ola de proliferación neuronal y reducción de los circuitos neuronales que ocurren después de la niñez; y que la parte final crítica de esta segunda ola afecta algunas de las más altas funciones mentales, esto sucede generalmente al final de la adolescencia. Esta mielinización y debilitamiento neural altera el número de las sinapsis entre neuronas (Wallis y colaboradores, 2004; Giedd y colaboradores, 1999; Giedd, 2004).
"Understanding the Brain: The Birth of a Learning Science", 2007, page 45