Português
Todos los niños con capacidades mentales normales crecen aprendiendo a hablar y entender cualquier idioma que habla su familia. Durante los primeros años de vida el cerebro normal, se desarrolla a un punto en el que el habla y su comprensión se producen de forma natural. Sin embargo, la lectura y la escritura deben ser enseñadas.
La capacidad de usar el lenguaje es una capacidad humana única. El amor y aprecio por los ritmos y tonos de la música también podrían ser exclusivos de los humanos, y parecen estar relacionados con nuestra capacidad para el lenguaje.
Evidencia que nuestra capacidad para procesar la música se relaciona con el lenguaje se ha descrito anteriormente, a través de los estudios funcionales de las imágenes cerebrales, las cuales están demostrando que la transformación y producción de música parecen compartir las porciones de la red neural del "lenguaje" con la que los neurocientíficos están ahora tan familiarizados.
Pero los niños generalmente no aprenden la música de forma automática (como lo hacen con la lengua hablada), para producir o tocar precisan de una exposición y entrenamiento adecuados. Y todavía desconocemos los importantes "Períodos Críticos" para aprender a comprender, disfrutar y tocar música.
Dada esta incertidumbre, hay buenas razones por las cuales los padres deben cubrir sus apuestas y dar a sus hijos una exposición temprana a la música. Pues se conoce ya que los músicos de orquestas tienen más materia gris en sus cerebros que los no músicos.
A diferencia de ver televisión, que es una actividad pasiva y sedentaria, escuchar música se puede hacer mientras los niños realizan otras actividades, como jugar con rompecabezas o construir con Legos. Esto les da la experiencia temprana con el procesamiento multitarea y dual. También pueden cantar y/o bailar con la música que están oyendo, con lo que se ejercitan múltiples redes en el cerebro.
¿Qué deben escuchar? La orientación músical puede ser lo mejor, y una mezcla equilibrada de ritmos clásicos y populares parece lo más indicado. ¿Por qué lo clásico? Debido a que contiene formas musicales complejas, y los temas los niños los perciben intuitivamente mucho antes de que ellos puedan entenderlos analíticamente.
¿Y qué acerca de la educación formal de la música? Yo personalmente soy una firme defensora de esto, se debe comenzar a una edad relativamente temprana. El programa de música "Suzuki", que permite a los niños aprender a tocar cuando son tan pequeños como de dos o tres años, es excepcional.
Para los más pequeños se hace hincapié en los instrumentos de cuerda (por lo general el violín); sin embargo, el piano también puede ser introducido bastante temprano. Aprender a ejecutar un instrumento enseña muchas cosas además de la música: la disciplina de la práctica, la alegría de cumplir y avanzar, el equilibrio de actuar frente de otros, y la experiencia de participar en grupo.
Conforme un niño madura es capaz de tocar en una orquesta (o una banda, dependiendo del instrumento), el niño aprende a trabajar como parte de un equipo. Y el cerebro del niño también va creando las sinapsis y la capacidad de lectura de la música impresa, asi como percibe las relaciones visuo-espaciales.
"The Creating BRAIN", The Neuroscience of Genius, Nancy C. Andreasen, 2005, pages 177 - 178
Mantenga a sus Niños Interesados en la Música
Todos los niños con capacidades mentales normales crecen aprendiendo a hablar y entender cualquier idioma que habla su familia. Durante los primeros años de vida el cerebro normal, se desarrolla a un punto en el que el habla y su comprensión se producen de forma natural. Sin embargo, la lectura y la escritura deben ser enseñadas.
La capacidad de usar el lenguaje es una capacidad humana única. El amor y aprecio por los ritmos y tonos de la música también podrían ser exclusivos de los humanos, y parecen estar relacionados con nuestra capacidad para el lenguaje.
Evidencia que nuestra capacidad para procesar la música se relaciona con el lenguaje se ha descrito anteriormente, a través de los estudios funcionales de las imágenes cerebrales, las cuales están demostrando que la transformación y producción de música parecen compartir las porciones de la red neural del "lenguaje" con la que los neurocientíficos están ahora tan familiarizados.
Pero los niños generalmente no aprenden la música de forma automática (como lo hacen con la lengua hablada), para producir o tocar precisan de una exposición y entrenamiento adecuados. Y todavía desconocemos los importantes "Períodos Críticos" para aprender a comprender, disfrutar y tocar música.
Dada esta incertidumbre, hay buenas razones por las cuales los padres deben cubrir sus apuestas y dar a sus hijos una exposición temprana a la música. Pues se conoce ya que los músicos de orquestas tienen más materia gris en sus cerebros que los no músicos.
A diferencia de ver televisión, que es una actividad pasiva y sedentaria, escuchar música se puede hacer mientras los niños realizan otras actividades, como jugar con rompecabezas o construir con Legos. Esto les da la experiencia temprana con el procesamiento multitarea y dual. También pueden cantar y/o bailar con la música que están oyendo, con lo que se ejercitan múltiples redes en el cerebro.
¿Qué deben escuchar? La orientación músical puede ser lo mejor, y una mezcla equilibrada de ritmos clásicos y populares parece lo más indicado. ¿Por qué lo clásico? Debido a que contiene formas musicales complejas, y los temas los niños los perciben intuitivamente mucho antes de que ellos puedan entenderlos analíticamente.
¿Y qué acerca de la educación formal de la música? Yo personalmente soy una firme defensora de esto, se debe comenzar a una edad relativamente temprana. El programa de música "Suzuki", que permite a los niños aprender a tocar cuando son tan pequeños como de dos o tres años, es excepcional.
Para los más pequeños se hace hincapié en los instrumentos de cuerda (por lo general el violín); sin embargo, el piano también puede ser introducido bastante temprano. Aprender a ejecutar un instrumento enseña muchas cosas además de la música: la disciplina de la práctica, la alegría de cumplir y avanzar, el equilibrio de actuar frente de otros, y la experiencia de participar en grupo.
Conforme un niño madura es capaz de tocar en una orquesta (o una banda, dependiendo del instrumento), el niño aprende a trabajar como parte de un equipo. Y el cerebro del niño también va creando las sinapsis y la capacidad de lectura de la música impresa, asi como percibe las relaciones visuo-espaciales.
"The Creating BRAIN", The Neuroscience of Genius, Nancy C. Andreasen, 2005, pages 177 - 178
Nota: (Comentario Personal)
Cuando estudiaba mi residencia de Pediatría en la Universidad Mayor de San Marcos (año de 1997) teníamos el curso “Neurología Infantil”, dictado por el Dr. Artidoro Cáceres Velásquez. Recuerdo claramente que se tenía la certeza que el feto comenzaba a reconocer los sonidos y a recordarlos a partir de los 7 meses de vida intrauterina. Circulaba la teoría que la música aumentaba la inteligencia, y los compositores que se aconsejaban eran Mozart y/o Vivaldi. En consecuencia se hacia la recomendación que el niño debería escuchar música clásica preferentemente dichos autores dentro del útero a partir de los 7 meses (muy temprano por cierto).
Pensando en aquella época, creo dicha preferencia musical era por que se hablaba del “Efecto Mozart”. Han pasado 12 años y parece no existir evidencia que escuchar a Mozart dentro del útero va hacer al futuro neonato un genio. Sin embargo, existen muchas evidencias que confirman la teoría que escuchar en forma precoz música clásica aumenta ciertas capacidades mentales superiores del niño, como la memoria y el razonamiento lógico.
Pero las dudas que aún tengo son: ¿cuántas horas por día y qué autor?. Creo que cualquiera de los grandes compositores como: Mozart, Beethoven, Vivaldi, Dvorak, Rabel, etc. son adecuados; y opino que la cantidad de tiempo debe ser aquel en el cual la madre y el feto se encuentren confortables (criterio muy subjetivo por cierto).
Respecto a que si tal o cual método de enseñanza de la música es el mejor, todavía tengo más interrogantes que certezas, pero mi consejo seria: Tomar cualquier curso de música lo más precoz posible es mejor que no seguir ninguno; sin embargo, es recomendable investigar como se siente el niño durante dicho proceso; por que a mi entender, lo que hace la diferencia en el aprendizaje, es la sensación de placer que debería sentir el niño. Como es obvio si cualquiera de estos cursos causara estrés crónico debería evaluarse el tiempo, la frecuencia del curso, y la conveniencia de continuar con el mismo.
En la actualidad existen diferentes estudios que respaldan la teoría que durante la producción musical se activan muchas más áreas cerebrales que las que se activan con el lenguaje.
Circula en Internet variados artículos sobre este tema, el que me pareció más interesante se titula “El efecto de la Música en nuestro Cerebro” aunque no estoy de acuerdo con todos los conceptos, se podría decir que es un artículo bien elaborado y documentado que merece leerse, y meditar sobre los conceptos vertidos en el mismo.