El Cálculo y el Cerebro
La capacidad de calcular así como la aptitud para la lectoescritura se crea en el cerebro a través de una sinergia entre la biología y la experiencia. Así como ciertas estructuras cerebrales han sido diseñadas a través de la evolución para el lenguaje, existen estructuras análogas para la capacidad de cálculo.
También como con el lenguaje, las estructuras genéticamente definidas por si solas no pueden dar soporte al cálculo; así pues, para un adecuado procesamiento numérico necesita existir una coordinación con circuitos neuronales suplementarios no específicamente destinados para esta tarea pero adecuadamente formados a través de la experiencia.
Por consiguiente, el rol muy importante de la educación - Tanto en los colegios, los hogares, o los juegos; de allí el papel valioso de la neurociencia en la ayuda orientada en este reto educacional.
Aunque la investigación neurocientífica sobre el cálculo todavía se encuentra en sus comienzos ya se han realizado significativos progresos la pasada década. Esta muestra que inclusive las operaciones numéricas simples se encuentran distribuidas en diferentes partes del cerebro y requiere la coordinación de múltiples estructuras.
La simple representación de los números envuelve complejos circuitos que traen juntamente la sensaciones de magnitud visual y representación verbal.
El cálculo necesita de otra compleja red de distribución de trabajo, esta varía de acuerdo a la operación: La sustracción es críticamente dependiente del circuito parietal inferior, mientras que la adición y multiplicación captan aún otras áreas cerebrales.
El entendimiento del recorrido subyacente seguido por el camino de las matemáticas a partir de la perspectiva cerebral puede ayudar en el diseño de estrategias de enseñanza.
Diferentes métodos de instrucción conducen a la creación de caminos neuronales de efectividad variable: Ejercicios de aprendizaje, por ejemplo, desarrolla rutas neurales que son menos efectivas que aquellas desarrolladas a través de estrategias de aprendizaje.
El apoyo de las neurociencias está creciendo en las estrategias de enseñanza; el involucra el aprendizaje y en el enriquecimiento del detalle más que la identificación de las respuestas correctas o incorrectas. Esto es en términos generales consistente con una evaluación formativa.
A través del seguimiento de la estructura neural de la discalculia - El equivalente numérico de la dislexia - el cual se encuentra aún bajo investigación, se descubre las características biológicas asociadas con específicas discapacidades matemáticas, lo cual sugiere que el procesamiento matemático es más que una pura construcción cultural: este requiere el total funcionamiento e integridad de las estructuras cerebrales.
Por lo cual, es común que las deficiencias en los circuitos neuronales subyacentes en la discalculia puedan indicarnos la dirección para una adecuada intervención de la "plasticidad Neuronal" - Flexibilidad - que envuelven a los circuitos que se encargan del cálculo.
También como con el lenguaje, las estructuras genéticamente definidas por si solas no pueden dar soporte al cálculo; así pues, para un adecuado procesamiento numérico necesita existir una coordinación con circuitos neuronales suplementarios no específicamente destinados para esta tarea pero adecuadamente formados a través de la experiencia.
Por consiguiente, el rol muy importante de la educación - Tanto en los colegios, los hogares, o los juegos; de allí el papel valioso de la neurociencia en la ayuda orientada en este reto educacional.
Aunque la investigación neurocientífica sobre el cálculo todavía se encuentra en sus comienzos ya se han realizado significativos progresos la pasada década. Esta muestra que inclusive las operaciones numéricas simples se encuentran distribuidas en diferentes partes del cerebro y requiere la coordinación de múltiples estructuras.
La simple representación de los números envuelve complejos circuitos que traen juntamente la sensaciones de magnitud visual y representación verbal.
El cálculo necesita de otra compleja red de distribución de trabajo, esta varía de acuerdo a la operación: La sustracción es críticamente dependiente del circuito parietal inferior, mientras que la adición y multiplicación captan aún otras áreas cerebrales.
El entendimiento del recorrido subyacente seguido por el camino de las matemáticas a partir de la perspectiva cerebral puede ayudar en el diseño de estrategias de enseñanza.
Diferentes métodos de instrucción conducen a la creación de caminos neuronales de efectividad variable: Ejercicios de aprendizaje, por ejemplo, desarrolla rutas neurales que son menos efectivas que aquellas desarrolladas a través de estrategias de aprendizaje.
El apoyo de las neurociencias está creciendo en las estrategias de enseñanza; el involucra el aprendizaje y en el enriquecimiento del detalle más que la identificación de las respuestas correctas o incorrectas. Esto es en términos generales consistente con una evaluación formativa.
A través del seguimiento de la estructura neural de la discalculia - El equivalente numérico de la dislexia - el cual se encuentra aún bajo investigación, se descubre las características biológicas asociadas con específicas discapacidades matemáticas, lo cual sugiere que el procesamiento matemático es más que una pura construcción cultural: este requiere el total funcionamiento e integridad de las estructuras cerebrales.
Por lo cual, es común que las deficiencias en los circuitos neuronales subyacentes en la discalculia puedan indicarnos la dirección para una adecuada intervención de la "plasticidad Neuronal" - Flexibilidad - que envuelven a los circuitos que se encargan del cálculo.
"Understanding the Brain: The Birth of a Learning Science", 2007, page 16
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